UNAS VACACIONES NAVIDEÑAS
Había una vez una niña llamada Ana. Tenía once años y estudiaba el curso 6º de Primaria.Vivía con su madre,su padre,su hermano y su abuela.
Era ya día 23 de diciembre,cuando le daban las vacaciones de Navidad. Estaba muy contenta porque al fin iba a poder descansar del colegio.
Ese día,cuando salió del colegio, se quedó en su casa toda la tarde. Al día siguiente,Nochebuena,preparó con sus padres todas las cosas de la cena. A las ocho de la tarde empezaron a poner la mesa y a las nueve llegaron sus abuelos para cenar. Ana estaba muy contenta porque la Navidad era su época favorita del año.
Cuando se acabo la cena se despidió de sus abuelos, le dió las buenas noches a sus padres y se fue a la cama. Luego,ya en la cama, se puso a ver un rato la tele. Aún no tenía mucho sueño.
Cuando estaba a punto de dormirse oyó un ruido muy raro en la planta de abajo,hay no dormía nadie, solo estaba el salón y la cocina. Bajo abajo para ver que había sido ese ruido.
Entró al salón y, junto a la puerta que daba a la cocina, vió una sombra.
-¿Hay alguien?-pregunto Ana, con voz temblorosa debido al miedo.
Nadie contestó. Ana hizó de nuevo la misma pregunta y tampoco se oyó nada. Se acercó a la puerta de la cocina,donde había visto la sombra, para ver si había alguien. Le dió a la luz y justo cuando iba a entrar alguien la tocó por detrás. Se dió rápidamente la vuelta y vió a una mujer apoyada en la puerta.
-¿Quién eres?-preguntó Ana, temblando de miedo
-No tiembles. No hay nada que temer. Me llamo Claudia y te vas a venir conmigo.
Claudia tenia la cara tapada por un pasamontañas pero aparte de eso se podía ver que tenía un pelo exageradamente largo y rubio. A Ana le sonaba muchísimo la voz de Claudia y quería recordar donde la había oído pero no podía.
-¡Ma...!-Ana iba a gritar para despertar a su madre y a su padre pero no pudo terminar la frase porque de repente Claudia le puso un paño en la nariz y al olerlo le empezó a entrar mucho sueño y se quedó dormida.
Cuando se despertó lo que veía ya no era su casa si no una habitación muy amplia con una lampara enorme, colgada del techo, que iluminaba toda la habitación. Había dos camas y un
escritorio que estaba justo al lado de una ventana tambien muy grande. Ana estaba acostada en una de las dos camas. Sentada frente al escritorio estaba Claudia.
-¿Dónde estoy?-preguntó Ana.
Claudia se dió la vuelta y contestó:
-Estás en mi casa.¿No me conoces?
Ana se quedó muy sorprendida. Normal que antes le hubiera sonado tanto la voz de Claudia.
Claudia era una muy buena amiga de la madre de Ana. Ellas se habían conocido hacía ya cinco años,cuando la madre de Ana las había presentado. Solo se habían visto cuatro veces, pero se habían caído muy bien y por eso se llamaban una vez al mes para ver como estaban.
-¿Por qué me has secuestrado? Tú eras muy buena amiga de mi madre-dijo Ana.
-Era... Hace unos meses tuve una fuerte pelea con tu madre y he decidido vengarme de ella através de su hija. Es decir, tú.
-¿Cuándo me vas ha dejar irme a mi casa?-dijo Ana.
-Te vas a quedar aquí una semana,además, le voy a pedir a tus padres un rescate muy grande y hasta que no me lo paguen no te vas a ir a tu casa.
Fueron pasando los días y Ana se empezaba a desesperar cada vez más. Habían pasado ya cuatro días que a Ana le habían parecido como un mes. Ese día estaba sola en la habitación y de repente entró Claudia diciendo:
-Voy a llamar a tus padres para pedirles un rescate. Seguramente quieran hablar contigo,por lo tanto, prepárate.
Claudia marcó los números en el teléfono que había encima del escritorio, se tapó la nariz para cambiar la voz y dijo:
-Soy la secuestradora de Ana. Ella está bien pero si quereis que esté con vosotros lo que queda de Navidad me tendréis que pagar un rescate de siete mil euros.
-Queremos hablar con Ana-dijo su padre.
-Hola papá, hola mamá. Yo estoy bien pero quiero que vengais pronto a por mí.
-Es mucho dinero pero te prometo que lo vamos a conseguir y que pronto estarás aquí con nosotros-dijo su madre.
Claudia colgó el teléfono. Los días siguientes Claudia estuvo llamando a los padres de Ana para ver si tenían el dinero y para darles instrucciones de donde debían dejarlo. Ana no había vuelto a hablar con sus padres desde aquel día.
Cuando pasaron dos semanas Claudia entró en la habitación y le dijo a Ana:
-Tus padres ya tienen el dinero. Nos vamos.
Se montaron en un coche conducido por un hombre que Ana no conocía. Claudia le vendó los ojos para que no viera donde estaba la casa.
Al cabo de dos horas de viaje llegaron a casa. Claudia le destapó los ojos a Ana. En la puerta de la casa había un maletín que debía contener el dinero. Claudia lo cogió para verlo y mientras ella estaba distraída abriendo el maletín, por las dos esquinas de la calle aparecieron polícias con la intención de rodear a Claudia. Al abrir el maletín y ver que no había nada dentro cogió a Ana del brazo para llevársela pero vió a los polícias. Giró hacia la otra esquina y descubrió que la habían rodeado.
Unos polícias cogieron a Ana y los otros a Claudia que se la llevaron esposada. Los padres de Ana salieron a la calle y se abrazaron a su hija. Los polícias se fueron y ellos entraron en la casa. La Navidad ya se había pasado pero la casa aún estaba decorada y había muchos regalos debajo del árbol de Navidad. Ana los abrió rápidamente y se puso muy contenta al descubrir lo que era. Estaba muy feliz.
ANA
PANCORBO
PESTAÑA
El cuento está muy bien pero el titúlo no se ve casi
ResponderEliminarAna tu cuento esta increíble que imaginativa eres y bien largo es chachi piruli.
EliminarMuchísimas gracias Aurora por tu comentario. El tuyo también es muy chulo
EliminarMuchísimas gracias Aurora por tu comentario. El tuyo también es muy chulo
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